Cerca de la mitad de la superficie terrestre ha sido transformada para el uso humano, como la agricultura y la urbanización. Además la contaminación producida por las actividades humanas ha alcanzado todos los océanos. Así la alteración de buena parte de los espacios naturales ha causado la pérdida o deterioro de habitad terrestres y acuáticos,  hogares de la vida silvestre del planeta. Podemos hacer una diferencia si nos comprometemos a cuidar el habitad en el que vivimos. Por ejemplo, evitando que los residuos dañen el medio ambiente, sembrando especies nativas y removiendo la vegetación no-nativa.